17 agosto 2010

Buscando a un viejo amor.

Al día siguiente, seguí intentando comunicarme con ella, por más mensajes que le enviaba, correos electrónicos, ninguno me respondía, incluso fui a buscarla a su casa pero no había nadie.

Durante los días y semanas siguientes, no deje de intentar comunicarme con ella, pero todos mis esfuerzos fueron inútiles, cada vez más su presencia me hacía falta, extrañaba cada vez más su voz, su aroma, el no ver su sonrisa me mataba, me volvía loco no poder estar con ella.

Acudí a mis amigos para averiguar qué había sucedido con ella; ellos no sabían mucho sobre ella, lo poco que pudieron decirme es que había conseguido trabajo, que eso la mantenía ocupada, no sabían exactamente en donde, ya que solo la veían de vez en cuando, por poco tiempo ya que ella siempre se dirigía al trabajo, siempre estaba sería y preocupada, no sabían porque y tampoco sabían el motivo por la que había dejado de hablarme y comenzado a evitarme.

Durante mucho tiempo, todas las veces que regresaba del trabajo, pasaba por la misma ruta, sabía que tomábamos el mismo autobús, incluso que quedaba en la paraba de buses hasta que saliera el último,  todo con la esperanza de verla, con el paso del tiempo, se volvió rutina pasar todos los días después del trabajo, pasar por el mismo lugar siempre, tomar el mismo autobús, a la misma hora, sabía que no debía perder las esperanzas.

Un día que estaba en el bus esperando a que partiera, las personas seguían subiéndose, el bus estaba a reventar, miraba por la ventana, la vi llegar a la parada, pero no se subió porque el bus estaba lleno, no lo podía creer, la mire fijamente, deseaba que me viera, lo deseaba tanto, baje la cabeza un momento, en cuanto volví la mirada hacia ella, ¡Me estaba mirando!, sonreí y la salude, ella hizo lo mismo, pero se despedía,  el bus partió y comenzó a llover, el cielo hacía lo que yo tenía ganas, pero no quería llorar.

La lluvia se intensificaba a medida que llegaba a mi destino, no podía quedarme a esperarla en frente de su casa.

Mientras iba en el bus le envié un mensaje, le pregunte que si había traído paraguas, después de un rato respondió solo son un “si”, le pregunte que si podía llegar a su casa para hablar, a lo que respondió: “no, tengo que trabajar mañana, la batería se acaba, no escribas más”; comprendí que no quería saber nada más de mí.

Durante los días siguientes me sentí deprimido, no lograba entender que había hecho para que ella se enojara conmigo, la curiosidad me mataba y me mata.

Hace mucho tiempo que no oigo su voz…

Por más que lo intente no puedo olvidarla, tengo muchas cosas que me la recuerdan,  fotos, no s gustaba la misma música, casi todo me la recuerda. Lo intente, juro que lo intente,  olvidarla, pero todavía la añoro, todavía la quiero.

Aún hoy espero encontrármela por ahí, en el supermercado, doblando en la esquina, en el bus, mantengo la esperanza de recibir una llamada, un mensaje, una carta, tengo la esperanza de verla así, de pie, esperándome fuera de mi casa, con su hermosa sonrisa, para volver a abrazarla y decirle lo que siento por ella.

¿Acaso la has visto?  ¿Sabes donde esta ella?

Me encantaría saber de ella…

Espera un momento, mi celular está sonando…

-¡Halo!....

1 comentario:

lamentostsuki dijo...

interesante, triste... parecido a algun pasado no tan lejano :)